Por lo regular,
en este espacio se escriben críticas a partidos políticos, a personas, a
gobernantes, etc. Sin embargo, en esta ocasión el tema será algo novedoso, ¡hablar bien de alguien!, desde chicos nos han enseñado que “Honor a quien honor
merece” y en esta ocasión hablaremos de Marcelo Ebrard.
Es muy común que
escuchemos en las calles la frase: “Por Ebrard yo si hubiera votado”, lo cual
refleja que Marcelo Ebrard tiene el potencial de captar los votos indecisos de
la población, cosa que ninguno de los precandidatos ha podido lograr hasta el día
de hoy, pero ¿Quién es este personaje?.
Marcelo tiene
alrededor de 30 años de experiencia en el gobierno de la ciudad de México, es
un discípulo del otrora poderoso Regente de la ciudad de México, el priista
Manuel Camacho Solís (hoy reinventado como coordinador general de las fuerzas
de izquierda y personaje cercano a AMLO), Marcelo estudio en el prestigiado
Colegio de México y posteriormente realizo estudios de posgrado en administración
pública en Paris.
Sus convicciones
personales siempre han sido de izquierda, convicciones que no ha abandonado
nunca durante su trayectoria política, su entrada a la política nacional sucedió
durante el gobierno de AMLO (2000-2006), en la cual se desarrolló como
Secretario de Seguridad Pública, siendo removido de ese cargo por el entonces
Presidente de la República Vicente Fox, remoción que fue consecuencia del
linchamiento de unos policías en un suburbio de la Ciudad de México,
posteriormente fue nombrado Secretario de Desarrollo Social por AMLO y
finalmente fue designado candidato a jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Como jefe de
gobierno de la Ciudad de México, Marcelo ha sido uno de los gobernantes más
reformistas que ha tenido la ciudad, quizá mucha gente no esté de acuerdo con
la ideología de izquierda, sin embargo esa es la ideología que los ciudadanos
de la Ciudad de México votaron y eligieron para que los gobernara, a lo cual
Marcelo ha sabido ser un gobernante de izquierda ejemplar, gracias a sus iniciativas
el DF es hoy en día la ciudad con la legislación más de vanguardia a nivel
nacional y quizá a nivel América Latina.
Desafortunadamente
el gobierno de Marcelo ha estado marcado por la despenalización del aborto y la
legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, iniciativas que lo
han marcado personalmente como el gran pecador de la nación, campaña de
descredito auspiciada por la iglesia católica de México, lo cual ha causado que
sus logros como jefe de gobierno se vean opacados, pocos saben que en su
gobierno se ha emprendido una de las mayores campañas de construcción de infraestructura
pública más importante en la historia de la ciudad (incluyendo la línea 12 del
metro de la ciudad, obra monumental y considerada la obra emblemática del
gobierno de Marcelo), así como también pocos saben que en su gobierno los índices
de criminalidad de la ciudad han bajado drásticamente y la ciudad dejó de ser
la urbe peligrosa a la cual todos los habitantes de provincia tenían pánico de
visitar.
Con todos estos
antecedentes como gobernante, Marcelo resultó con el carisma suficiente como
para poder tener una aspiración legítima a la candidatura de la izquierda a la
presidencia de la república, aspiración que lo puso en franco conflicto con el
otro aspirante de la izquierda, su antiguo jefe y amigo AMLO.
En un afán de
evitar conflictos internos, AMLO y Marcelo decidieron que se hiciera una
encuesta entre simpatizantes de la izquierda para decidir quién debería de ser
el candidato, evitando toda clase de confrontación durante todo ese tiempo.
Los resultados
de la encuesta no le fueron favorables a Marcelo (quizá el resultado hubiera
sido muy diferente si la encuesta hubiera sido dirigida al público en general y
no entre los simpatizantes de izquierda) y la gran duda del momento era si
Marcelo se comportaría como buen político mexicano y no aceptaría su derrota, decían
que se iría a otro partido, que apoyaría al candidato del PAN o del PRI, etcétera;
Pero para sorpresa de muchos Marcelo acepto su derrota a la buena y le dejo el
camino libre a AMLO, renunciando a candidaturas de consolación como pudo haber
sido un escaño en el Senado o una curul en la Cámara de Diputados, sin embargo
Marcelo se quedó a concluir su periodo como Jefe de Gobierno y no le ha puesto
piedras en el camino a AMLO en su candidatura presidencial.
AMLO y Ebrard el día que se dio a conocer el resultado de la encuesta para definir al candidato presidencial de la izquierda. |
Sin duda las
dotes de conciliación y negociación de Marcelo son enormemente mayores a las de
AMLO, como lo demostró en el escándalo de Juanito
o cuando acepto negociar con el gobierno de Felipe Calderón en materia de
seguridad pública, algo que hubiera sido impensable de algún radical perredista
como Martí Batres.
Es por estas
razones que la ciudadanía en general ve en Marcelo a un político de izquierda
moderado, conciliador, liberal y educado, visión que contrasta dramáticamente con
la imagen de AMLO, radicalismo, intolerancia, odio, etc. Por más que últimamente
al tabasqueño le dé por predicar amor, sin duda Marcelo Ebrard le daba a la
izquierda posibilidades reales de ganar la presidencia de la republica este
2012, pero a como están las cosas tendrán que esperar hasta el 2018, y eso si
en el 2018 no AMLO no intenta ser presidente de nuevo, esperemos que en el 2018
la razón se imponga al amor.
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