domingo, 26 de febrero de 2012

Los Sindicatos Mexicanos, ¿Invencibles?


Es natural que un sindicato tenga orientaciones políticas y se dedique a intervenir en política, sin embargo la relación entre el sindicalismo mexicano y el gobierno federal mexicano ha ido perdiendo equilibrio en las últimas décadas, lo cual ha venido a debilitar al movimiento sindical mexicano.

En México, al igual que en diversos países, los sindicatos fungen como verdaderos factores de peso político y son capaces de ejercer gran presión social en su actuar político. Poder que en nuestro país solamente empieza a asomarse y no ha sido tan grande como se pensaba, desafortunadamente cuando en México un sindicato ha intervenido abiertamente en política, casi nunca ha sido con métodos democráticos, ni con fines igualmente democráticos.

Fidel Velázquez, dirigente legendario
del sindicalismo mexicano cooperador.
Desde que se dio el nacimiento de las grandes centrales obreras, en los años 30’s, 40’s y 50’s del siglo pasado, estas grandes centrales acumularon un gran poder político y social, sin embargo nunca lo ejercieron, prefirieron ser un poder pasivo, temido y desconocido a ser un poder activo, probado y conocido. Estas organizaciones sindicales prefirieron entrar en el juego del régimen priista y actuar como organizaciones pilares del sistema político, recibiendo a cambio un cúmulo de beneficios, los cuales repartían en cadena entre la pequeña cúpula dirigente de los grandes sindicatos mexicanos.

El gobierno prefería mantener buenas relaciones con ellos por miedo a que realmente tuvieran la capacidad de movilización social que presumían tener, mientras los sindicatos preferían la estabilidad del país y actuaban de manera responsable o simplemente eran cómplices y cobardes.

Sin embargo con el inicio de la transición democrática en el país, los sindicatos empezaron a actuar de manera independiente, llegando incluso al extremo de oponerse al partido en el poder, lo cual ha generado resultados que dejan ver el verdadero poder de los sindicatos en México, por lo que me gustaría analizar cinco sucesos que han puesto de manifiesto que los sindicatos en este país no han demostrado tener el poder que tanto presumían en el pasado.

Joaquín Hernández Galicia, "La
Quina", dirigente encarcelado
por simpatizar con la izquierda.
1. En el año de 1989, durante los primeros años de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, se dio un golpe al sindicato de PEMEX, en el cual se arresto a su mítico líder Joaquín Hernández Galicia (la Quina), acusándolo de posesión de armas de fuego de uso exclusivo del ejercito, delito por el cual fue condenado a mas de 35 años de cárcel. Siendo el sindicato petrolero, en aquel entonces, considerado uno de los sindicatos mas ricos, poderosos e importantes del país. Durante todo este episodio los demás sindicatos fuertes del país, en especial la CTM le dieron la espalda al sindicato de trabajadores petroleros y dejaron que su líder se hundiera en el olvido, la cárcel y el repudio nacional, pensando quizá que eso nunca les sucedería a ellos.

Carlos Romero Deschamps, dirigente
exhibido por regalarle millones al PRI. 
2. En el año 2001 se destapó el llamado “Pemexgate”, escándalo que reveló que el sindicato de trabajadores de PEMEX aportó ilegalmente recursos a la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa, dejando ver lo que era un secreto a voces en la opinión pública mexicana, como los recursos que supuestamente se deberían de utilizar para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores afiliados a un sindicato, se desvían con facilidad e impunidad a fines electorales. Durante este episodio los demás sindicatos prefirieron no provocar al gobierno federal y no salir en defensa del sindicato de PEMEX.

Napoleon Gomez Urrutia, dirigente minero
exiliado en Canada por el gobierno de Fox.
3. A finales del sexenio de Vicente Fox, el gobierno federal emprendió un ataque directo al sindicato minero encabezado por otro líder eterno, Napoleón Gómez Urrutia, a quien le giraron ordenes de aprehensión y lo obligaron a huir al extranjero acusándolo de corrupción, desvío de fondos, etc. Terminando para siempre el mito político de que los sindicatos eran entes intocables, en especial sus lideres, ya que en el caso del sindicato minero los otros sindicatos mexicanos también se cruzaron de brazos para verlo caer, por indiferencia, por miedo a que los ataques los alcanzaran a ellos o por tener la esperanza de recoger un poco de los despojos que quedaran del sindicato minero.

Martin Esparza, lider de los electricistas de Luz y
Fuerza del Centro, el único lider sindical moderno
que intentó combatir los ataques del gobierno de 
Calderon.
4. En un domingo invernal del 2009, el país se despertó con la noticia de que la policía federal había tomado todas las instalaciones de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro ya que el presidente Felipe Calderón había emitido un decreto mediante el cual declaraba la extinción de la paraestatal. En este caso en particular, si bien es cierto que el ataque no iba dirigido directamente al SME (Sindicato Mexicano de Electricistas), fue éste quien tomó la defensa de la extinta Luz y Fuerza del Centro, amenazando con poner de cabeza al centro del país, haciendo uso de todos sus recursos financieros y humanos (los cuales no eran pocos), sin embargo no sucedió lo que el SME pronosticó y no tuvo la fuerza suficiente para presionar al gobierno federal a echar marcha atrás al decreto de extinción de la paraestatal, el sindicato perdió fuerza de manera gradual, siendo a la fecha un movimiento fantasma. En este caso tampoco se contó con la solidaridad de otros movimientos sindicales, reforzando dos ideas muy peligrosas para el movimiento sindical mexicano: que los sindicatos no son intocables ni tienen mas fuerza que el estado; y que no existe una solidaridad real entre los distintos sindicatos del país, ya que no se apoyan los unos a los otros, haciendo mas fácil atacarlos por separado.

Elba Esther Gordillo Morales, posible 
objetivo de futuros gobiernos que 
se propongan destruir el sindica-
lismo mexicano.
5. Por último, el que es considerado como el sindicato mas poderoso de America Latina, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezado por su legendaria líder, la maestra Elba Esther Gordillo, quien llegó a ser considerada la mujer mas poderosa de México, una especie de Fidel Velazquez femenino del siglo XXI, sin embargo en los últimos meses se ha observado que en la opinión pública, la maestra Gordillo se ha convertido en la villana favorita de la vida nacional, se ha quedado sin aliados políticos y nada podría detener al gobierno si decidiera darle un ataque mortal a la dirigente del SNTE, lo que solo acabaría de consolidar que en este país no puede existir un sindicato fuerte y opositor al gobierno.
 

Los anteriores episodios demuestran como poco a poco, con la transición democrática del país, se ha ido desmantelando la idea de que los sindicatos son una fuerza poderosa e importante de la vida nacional, reduciendo el papel de los lideres sindicales a meros receptores de jugosos recursos que manejan en total libertad, dejando en el camino su papel como capitanes de la vida política del país, lo cual podría ayudar a que se de la reforma a la Ley Federal del Trabajo que se ha venido anunciando durante décadas, pero que los sindicatos amenazan con boicotear, idea que se ve muy lejana ya que la misma inactividad de los sindicatos en momentos cruciales del movimiento sindical, aunado a la falta de solidaridad entre los distintos sindicatos del país, contribuyeron a que el sindicalismo mexicano sea una triste sombra de lo que fue en el S. XX.

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