Es natural que
un sindicato tenga orientaciones políticas y se dedique a intervenir en política,
sin embargo la relación entre el sindicalismo mexicano y el gobierno federal
mexicano ha ido perdiendo equilibrio en las últimas décadas, lo cual ha venido
a debilitar al movimiento sindical mexicano.
En México, al
igual que en diversos países, los sindicatos fungen como verdaderos factores de
peso político y son capaces de ejercer gran presión social en su actuar político.
Poder que en nuestro país solamente empieza a asomarse y no ha sido tan grande
como se pensaba, desafortunadamente cuando en México un sindicato ha
intervenido abiertamente en política, casi nunca ha sido con métodos democráticos,
ni con fines igualmente democráticos.
Fidel Velázquez, dirigente legendario del sindicalismo mexicano cooperador. |
Desde que se dio
el nacimiento de las grandes centrales obreras, en los años 30’s, 40’s y 50’s
del siglo pasado, estas grandes centrales acumularon un gran poder político y
social, sin embargo nunca lo ejercieron, prefirieron ser un poder pasivo,
temido y desconocido a ser un poder activo, probado y conocido. Estas
organizaciones sindicales prefirieron entrar en el juego del régimen priista y
actuar como organizaciones pilares del sistema político, recibiendo a cambio un
cúmulo de beneficios, los cuales repartían en cadena entre la pequeña cúpula
dirigente de los grandes sindicatos mexicanos.
El gobierno
prefería mantener buenas relaciones con ellos por miedo a que realmente
tuvieran la capacidad de movilización social que presumían tener, mientras los
sindicatos preferían la estabilidad del país y actuaban de manera responsable o
simplemente eran cómplices y cobardes.
Sin embargo con
el inicio de la transición democrática en el país, los sindicatos empezaron a
actuar de manera independiente, llegando incluso al extremo de oponerse al
partido en el poder, lo cual ha generado resultados que dejan ver el verdadero
poder de los sindicatos en México, por lo que me gustaría analizar cinco
sucesos que han puesto de manifiesto que los sindicatos en este país no han
demostrado tener el poder que tanto presumían en el pasado.
Joaquín Hernández Galicia, "La
Quina", dirigente encarcelado
por simpatizar con la izquierda.
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1. En el año de 1989, durante los
primeros años de la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, se dio un golpe
al sindicato de PEMEX, en el cual se arresto a su mítico líder Joaquín Hernández
Galicia (la Quina), acusándolo de posesión de armas de fuego de uso exclusivo
del ejercito, delito por el cual fue condenado a mas de 35 años de cárcel.
Siendo el sindicato petrolero, en aquel entonces, considerado uno de los
sindicatos mas ricos, poderosos e importantes del país. Durante todo este
episodio los demás sindicatos fuertes del país, en especial la CTM le dieron la
espalda al sindicato de trabajadores petroleros y dejaron que su líder se
hundiera en el olvido, la cárcel y el repudio nacional, pensando quizá que eso
nunca les sucedería a ellos.
Carlos Romero Deschamps, dirigente exhibido por regalarle millones al PRI. |
2. En el año 2001 se destapó el
llamado “Pemexgate”, escándalo que reveló que el sindicato de trabajadores de
PEMEX aportó ilegalmente recursos a la campaña presidencial de Francisco
Labastida Ochoa, dejando ver lo que era un secreto a voces en la opinión pública
mexicana, como los recursos que supuestamente se deberían de utilizar para
mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores afiliados a un
sindicato, se desvían con facilidad e impunidad a fines electorales. Durante
este episodio los demás sindicatos prefirieron no provocar al gobierno federal
y no salir en defensa del sindicato de PEMEX.
Napoleon Gomez Urrutia, dirigente minero exiliado en Canada por el gobierno de Fox. |
3. A finales del sexenio de
Vicente Fox, el gobierno federal emprendió un ataque directo al sindicato
minero encabezado por otro líder eterno, Napoleón Gómez Urrutia, a quien le
giraron ordenes de aprehensión y lo obligaron a huir al extranjero acusándolo
de corrupción, desvío de fondos, etc. Terminando para siempre el mito político
de que los sindicatos eran entes intocables, en especial sus lideres, ya que en
el caso del sindicato minero los otros sindicatos mexicanos también se cruzaron
de brazos para verlo caer, por indiferencia, por miedo a que los ataques los
alcanzaran a ellos o por tener la esperanza de recoger un poco de los despojos
que quedaran del sindicato minero.
Martin Esparza, lider de los electricistas de Luz y
Fuerza del Centro, el único lider sindical moderno
que intentó combatir los ataques del gobierno de
Calderon.
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4. En un domingo invernal del
2009, el país se despertó con la noticia de que la policía federal había tomado
todas las instalaciones de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro ya que el
presidente Felipe Calderón había emitido un decreto mediante el cual declaraba
la extinción de la paraestatal. En este caso en particular, si bien es cierto
que el ataque no iba dirigido directamente al SME (Sindicato Mexicano de
Electricistas), fue éste quien tomó la defensa de la extinta Luz y Fuerza del
Centro, amenazando con poner de cabeza al centro del país, haciendo uso de
todos sus recursos financieros y humanos (los cuales no eran pocos), sin
embargo no sucedió lo que el SME pronosticó y no tuvo la fuerza suficiente para
presionar al gobierno federal a echar marcha atrás al decreto de extinción de
la paraestatal, el sindicato perdió fuerza de manera gradual, siendo a la fecha
un movimiento fantasma. En este caso tampoco se contó con la solidaridad de
otros movimientos sindicales, reforzando dos ideas muy peligrosas para el
movimiento sindical mexicano: que los sindicatos no son intocables ni tienen
mas fuerza que el estado; y que no existe una solidaridad real entre los
distintos sindicatos del país, ya que no se apoyan los unos a los otros,
haciendo mas fácil atacarlos por separado.
Elba Esther Gordillo Morales, posible
objetivo de futuros gobiernos que
se propongan destruir el sindica-
lismo mexicano.
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5. Por último, el que es
considerado como el sindicato mas poderoso de America Latina, el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezado por su legendaria líder,
la maestra Elba Esther Gordillo, quien llegó a ser considerada la mujer mas
poderosa de México, una especie de Fidel Velazquez femenino del siglo XXI, sin
embargo en los últimos meses se ha observado que en la opinión pública, la
maestra Gordillo se ha convertido en la villana favorita de la vida nacional,
se ha quedado sin aliados políticos y nada podría detener al gobierno si
decidiera darle un ataque mortal a la dirigente del SNTE, lo que solo acabaría
de consolidar que en este país no puede existir un sindicato fuerte y opositor
al gobierno.
Los anteriores episodios demuestran como poco a
poco, con la transición democrática del país, se ha ido desmantelando la idea
de que los sindicatos son una fuerza poderosa e importante de la vida nacional,
reduciendo el papel de los lideres sindicales a meros receptores de jugosos
recursos que manejan en total libertad, dejando en el camino su papel como
capitanes de la vida política del país, lo cual podría ayudar a que se de la
reforma a la Ley Federal del Trabajo que se ha venido anunciando durante décadas,
pero que los sindicatos amenazan con boicotear, idea que se ve muy lejana ya
que la misma inactividad de los sindicatos en momentos cruciales del movimiento
sindical, aunado a la falta de solidaridad entre los distintos sindicatos del
país, contribuyeron a que el sindicalismo mexicano sea una triste sombra de lo
que fue en el S. XX.
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