En el recuento de los daños...
El domingo 30 de octubre terminaron los XVI Juegos Panamericanos, celebrados en Guadalajara, Capital de Jalisco. Para ser francos, y después de la expectativa creada por una inauguración espectacular, la clausura nos quedó a deber. Ni Ricky Martín llenó el espacio de una delegación mexicana con vestimenta charra, unos juegos pirotécnicos como no se habían visto en nuestro país y una tribuna que entonó con el corazón la bella y bélica melodía que tenemos por himno nacional. Terminaron pues los Juegos, y es tiempo de analizar y determinar qué es lo que nos han dejado para los tapatíos.
El Centro Acuático,
el Velódromo, el Estadio de Atletismo y la Villa Panamericana son obras
arquitectónicas que hoy nos enorgullecen por su belleza y modernidad, pero
basta echar un vistazo a los periódicos para darnos cuenta del via crucis que
significó para los organizadores y políticos ponerse de acuerdo en presupuestos,
tiempos y permisos. En este
sentido, la Villa gana con honores la medalla de oro, pues hasta la fecha, no
está garantizada su permanencia debido a los procesos que siguen su curso en
los tribunales locales. Concretamente, los vecinos de Rancho Contento
(fraccionamiento ubicado a espaldas de la Villa) buscan que se declare nula la
licencia que permitió la construcción del complejo. Pero las complicaciones no
comenzaron aquí. El proyecto original estaba pensado para el Parque Revolución
y el H. Ayuntamiento de Guadalajara se encargó de que esto no sucediera. El
estadio de atletismo tampoco cantó mal las rancheras, ya que después de muchos
retrasos para su entrega, obtuvo la certificación de la Federación
Internacional de Atletismo el 11 de octubre, es decir, apenas 3 días antes de
la inauguración de los juegos. También cabe mencionar que el Velódromo
Panamericano tenía un detalle importante, las columnas intermedias que hacían
imposible la visibilidad en la línea de meta, y con ello el ‘fotofinish’, por
lo que tuvieron que ser removidas para obtener la certificación de las
autoridades del ciclismo mundial. Sin duda, ha sido un largo camino y
personajes importantes se quedaron en el camino. Entre ellos, destaca el Dr.
Alfonso Petersen, quien al tiempo que solicitó licencia como Presidente
Municipal de Guadalajara, dejó la Presidencia de la COPAG 11’.
La espera ha sido
mucha y los procesos largos y tediosos, pero en las dos semanas que duraron los
juegos, no existió un mexicano decepcionado por el evento. Era impresionante el
apoyo de la afición en las diversas disciplinas, aunque no se les conociera.
Pelota Vasca, Balonmano y hasta el Hockey sobre pasto, hicieron salir a los
mexicanos de su pequeño mundo llamado fútbol. Fueron días emocionantes desde la
inauguración hasta la clausura. La música de Juanes, las rutinas de Cinthya
Valdez, los clavados de Paola Espinoza, la final de Fútbol, la final de Basket
y tantos otros momentos que hicieron a este pueblo olvidar por un instante, la
difícil situación por la que atraviesa el país, y mostrar al mundo nuestro
rostro más agradable.
Se puede decir, que
la cosecha de medallas áureas no refleja necesariamente una evolución en el
deporte mexicano, lo que es cierto si consideramos que algunas de las
disciplinas que más medallas nos dieron no forman parte del programa olímpico. Sin
embargo, aún contabilizando sólo aquellas que se tendrán en Londres 2012, la
cosecha sería de 27, muy superior a las 18 obtenidas en la edición 2007 en Río
de Janeiro.
Al final de cuentas,
el balance es muy positivo en todos los aspectos: deportivos, económicos, de
infraestructura y hasta políticos, pues se vio a los titulares de los poderes
ejecutivos de los 3 niveles de gobierno tomarse la foto en las diversas
ceremonias.
Pd. Pensándolo bien,
no resultaba tan descabellada la confianza del Gobernador Emilio González de
impulsar su candidatura con los Panamericanos. No cabe duda que la política es
de momentos y este, bien pudo haber sido el de Emilio. Nunca lo sabremos.
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